martes, 10 de febrero de 2009

SAN VALENTÍN, HISTORIA DE UN DÍA

Lupercus, el dios romano.
Como todo tiene un origen y nada se pierde en el vacío estas prácticas encuentran su punto de partida en una antigua tradición romana.
Ya en el siglo IV a.C. los romanos practicaban un rito anual de iniciación en honor del dios Lupercus. Se metían los nombres de muchachas adolescentes en una caja y los jóvenes los extraían al azar. De este modo, a cada uno de ellos se le asignaba una compañera para su mutua diversión y placer (a menudo sexual) durante todo un año, finalizado el cual se organizaba otro sorteo.
San Valentín.
Dispuestos a poner fin a esta práctica, que contaba 800 años de antigüedad, los primeros Padres de la Iglesia buscaron un santo patrono de los “enamorados” para reemplazar al dios Lupercus, y hallaron un buen candidato en Valentín, un obispo que habla sido martirizado unos doscientos años antes.
En Roma, en el año 270 d.C., Valentín había enfurecido al demente emperador Claudio II, autor de un edicto que prohibía el matrimonio. Claudio opinaba que los hombres casados eran malos soldados, puesto que les costaba demasiado abandonar a sus familias para ir a guerrear. El Imperio necesitaba soldados, y por tanto Claudio, que jamás temió la impopularidad, abolió el matrimonio.
Valentín, obispo de Interamna, invitó a los enamorados jóvenes a acudir a él en secreto para unirlos en el sacramento del matrimonio. Claudio tuvo noticia de este “amigo de los enamorados” y ordenó al obispo que se presentara en su palacio. El emperador, impresionado por la dignidad y las convicciones del joven obispo, trató de convertirle a la religión de los dioses romanos, para salvarle de una ejecución que de otro modo tenía asegurada, pero Valentín se negó a renunciar al cristianismo e, imprudentemente, trató de convertir al emperador. Al emperador Claudio no le quedó más remedio que condenarle para que fuera ejecutado.
Mientras Valentín se encontraba en la cárcel esperando la muerte, se enamoró de la hija ciega de Asterius, su carcelero. El padre de la muchacha era pagano y provocó al obispo diciéndole que su Dios no podía devolver la vista a su hija. Gracias a la fe inquebrantable de Valentín, la muchacha volvió a ver.
El 14 de febrero del año 270 Valentín fue apaleado, lapidado y, finalmente, decapitado.
Desde sus orígenes esta fiesta ha estado ligada a los mensajes amorosos. El mismo San Valentín se despidió de la hija del carcelero con una nota que finalizaba con estas palabras “De tu Valentín”.
Desde el punto de vista de la Iglesia, Valentín parecía el candidato ideal para usurpar la popularidad de Lupercus, y por tanto, en el año 496, el severo papa Gelasio proscribió las lupercales de mediados de febrero, pero tuvo la astucia de conservar la lotería, puesto que conocía la afición de los romanos a los juegos de azar. Ahora, en las cajas que antes contenían los nombres de mujeres solteras y disponibles, se introdujeron nombres de santos. Tanto hombres como mujeres sacaban los papeles, y se esperaba de ellos que durante el año emularan la vida del santo cuyo nombre habían extraído. Se trataba, desde luego, de un juego diferente, con distintos incentivos, y esperar una mujer y sacar un santo debió de decepcionar a muchos jóvenes romanos. El supervisor espiritual y santo patrono de toda esta actividad era Valentín. De mala gana y con el transcurso del tiempo, cada vez más romanos olvidaron su festividad pagana y la sustituyeron por el día festivo de la Iglesia.

Tarjetas de San Valentín.

Tradicionalmente, a mediados de febrero era la época en que los jóvenes romanos de ambos sexos buscaban a sus parejas, práctica que habían instituido las lupercales. Aunque nadie reinstauró la lotería (hubiera sido pecado mortal), los jóvenes romanos instauraron la costumbre de ofrecer a las mujeres que les agradaban y a las que deseaban cortejar escritos con manifestaciones de afecto, el 14 de febrero. Estas misivas se pusieron bajo la advocación de San Valentín.
La tarjeta se extendió con el cristianismo. La más antigua de las conservadas fue enviada en el año 1415 por Carlos, duque de Orleans, a su esposa mientras él se encontraba preso en la Torre de Londres. Se exhibe hoy en el British Museum.
En el siglo XVI, san Francisco de Sales, obispo de Ginebra, trató de acabar con la costumbre de las tarjetas y reinstaurar la lotería con nombres de santos, convencido de que los cristianos se mostraban algo remisos y necesitaban modelos que emular. Sin embargo, esa lotería tuvo menos éxito y fue más efímera que la del papa Gelasio, y en vez de desaparecer las tarjetas proliferaron y se hicieron más decorativas. Cupido, el querubín desnudo armado con flechas empapadas de una poción amorosa, se convirtió en popular imagen de las “valentinas”. Se le asociaba con esta festividad, porque en la mitología romana es el hijo de Venus, diosa del amor y de la belleza.
A partir de entonces, el negocio de estas postales florecía por doquier, y hoy los americanos todavía intercambian más postales el día de San Valentín que en cualquier otro momento del año, con la excepción de Navidad.

Del libro "Las cosas nuestras de cada día" de Charles Panati.
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9 comentarios:

Anónimo dijo...

Curioso, realmente curioso, pues no me imaginaba un origen así. Siempre suelen o incluso solemos decir que el día de “San Valentín” es un invento de los grandes centros comerciales, y bueno, siempre está bien saber esto para no juzgar en vano y saber a que achacar dicho día. Pero que también debería decir que deberíamos dejarnos de tanto regalito y tanto lujo para celebrar este día y hacer al igual que hace unos “cuantos” años, y escribir a la persona querida una carta en la que expresemos nuestro amor hacia ella, o bien algunos versos que tengan el mismo fin. Pues al fin y al cabo, que es más importante que nuestros sentimientos, ¿acaso tiene más valor una caja de bombones, un peluche con la frase “I love you!”, un despampanante ramo de rosas, o alguna joya, que la exhibición de nuestros sentimientos hacia alguien?
De Jessica, 1º Bachillerato.

Anónimo dijo...

Una historia entretenida, y curiosa.
Si yo hubiese viviido en aquella epoca me habria quedado con la primera tradicion, la de Lupercus, me parece mas entretenida. Al igual que Jessica yo tambien creia que el dia de San Valentin era una simple estratagema comercial, pero ya veo que me equiboco.
Tambien estoy de acuerdo con Jessica en lo de mandarse cartas con sentimientos, aunque otro regalo tambien bonito es un video personalizado, o un objeto con el que se identifique la relacion, una cancion, etc.
Araceli 1º bachillerato

marta dijo...

Es más bonito incluso que los textos amorosos. Me ha encantado aunque yo antes ya lo relacionaba con la religión porque en un libro de religión que tenía antes venía un texto en el que habla del origen de San Valentín (aunque no tan extenso) y también aparecía una foto con muchos globos rojos con forma de corazón.
Lo de meter nombres en una caja me ha recordado al amigo invisible y también me ha gustado cuando San Valentín se enamoró de la hija ciega del carcelero. Como siempre son historias bonitas.

Marta.

Anónimo dijo...

La verdad que me ha parecido muy interesante y entretenido porque no me esperaba nada de esto. En primer lugar yo pensaba que el dia de san valetin era como una fiesta que la hacian los centros comerciales pero ya he visto que me equibocaba y que no es asín. Lo del Dios romano, Lupercus me ha parecido muy interesante igualmente que lo de San Valentín que se enamoró de la muchacha ciega del carcelero.

Anónimo dijo...

Mi opinión sobre San valentín es que es un buen día para declararse a la persona que te gusta o para expresarle a tu mujer tus sentimientos hacia ella y decirle lo que la quieres...

Alejandro Alarcón 3ºC

Anónimo dijo...

Curioso, realmente curioso, pues no me imaginaba un origen así. Siempre suelen o incluso solemos decir que el día de “San Valentín” es un invento de los grandes centros comerciales, y bueno, siempre está bien saber esto para no juzgar en vano y saber a que achacar dicho día. Pero que también debería decir que deberíamos dejarnos de tanto regalito y tanto lujo para celebrar este día y hacer al igual que hace unos “cuantos” años, y escribir a la persona querida una carta en la que expresemos nuestro amor hacia ella, o bien algunos versos que tengan el mismo fin. Pues al fin y al cabo, que es más importante que nuestros sentimientos, ¿acaso tiene más valor una caja de bombones, un peluche con la frase “I love you!”,``Io love tutti anbore puer questo di è miele" un despampanante ramo de rosas, o alguna joya, que la exhibición de nuestros sentimientos hacia alguien?

no amor que por mal no venga

Anónimo dijo...

San valentín es un día que casualmente parece ser un día brillante y maravilloso para todos los enamorados ya llueva,caigan rayos o granizos.Es un día en el que las personas se declaran a la persona que aman aunque yo sea bastante tímido y no lo haga jaja.Espero que disfruten el día igual que yo,saludos.



Salvador Picón Díaz

Anónimo dijo...

Muy lindo lo de los romanos pero eso de sortearce a las mujeres y al año siguiente las dejan por la que salga en otro sorteo, eso no parece muy normal, "¿no creeis?" Una pareja tiene que ser algo especial no por un sorteo, pero bueno los tiempos cambian y yo no soy quien para rescribir la historia :)

Caminante SIn Camino y amor que por bien no venga

Anónimo dijo...

Me parece muy bien la celebración del día de los enamorados, para los que estén enamorados de verdad

JOSÉ LUIS