viernes, 10 de junio de 2011

MAGIC Y LEBLANC (CAPÍTULO 1)

A continuación vais a leer el primer capítulo de un libro que estoy escribiendo. Pero lo primero y antes de leer un libro, el autor suele decir una palabras dirigidas al lector y eso es lo que voy hacer ahora:

Querido lector:

Este libro trata de un mago que se dedica a robar y un detective que quiere capturarlo. Ahora supongo que pensarás al ver el capitulo que esta abajo, que te resultará breve y eso es lo que yo deseo que pienses.¿Por qué? Es simple, a mi me gusta que mis relatos sean cortos, para facilitar la lectura y en estos tiempos como estamos muy atareados por distintos motivos, el que un capitulo sea corto es algo a favor. También lo hago breve porque es como verdaderamente me gusta escribir. De todos modos os prometo que en este libro más de un capítulo será largo, pero por ahora prefiero que sea corto.Yo ya os he dicho lo que deberíais saber sobre este libro, ahora solo falta que tu querido lector des tú opinión sobre él...

Capítulo 1. Todas las historias tienen un principio.

La mágica media noche, comenzaba de un modo distinto. El reloj tocó las doce campanadas. De repente se oyó un ruido de cristal romperse. Y entonces apareció un hombre vestido de noble. En el museo, lleno de policías armados hasta las trancas, dispararon contra ese trajeado personaje, pero ninguna de las balas le dieron, es más ni si quiera le rozaron.

La noche de Luna llena, iluminaba el cuerpo de ese misterioso hombre con capa negra, traje de chaqueta oscura, zapatos del color de la noche y un sombrero de copa de mago. Sus guantes, a diferencia de todo su conjunto, eran de color blanco.




Se fue corriendo como un veloz leopardo, y se acercó hasta su objetivo, la Sea Jewel. La nueva joya, llegada desde Italia para ser exhibida en nuestra región, estaba valorada en más de 100 millones de dólares. Rompió la cristalera que protegía la valiosa piedra. Justo en ese instante lanzó contra el suelo una bomba cegadora que durante unos segundos dejó sin ver a los agentes. Como si fuese un mago haciendo un truco, se escabulló ante el asombro de la policía. Ninguno de ellos fue capaz de explicar saber cómo un ladrón podía haber escapado ante tantos agentes y robar una joya tan rápido.

Los periódicos se hicieron eco de la noticia y la policía quedó en ridículo. Al cabo de pocos días el ladrón con pinta de mago se hizo famoso, no solo dentro de la región de Soul, sino también fuera de ella conociéndose por todo el mundo.


Aunque lo más impactante de la noticia fue que la joya fue devuelta a los tres días del robo, empaquetada en una caja de cartón la cual se desconocía su procedencia. Algo que a todos les confundió. A la policía solo se le ocurrió una persona para poder encontrar al personaje que les desconcertó. Un joven, el cual había resuelto los casos más difíciles.


El chico se llamaba Arthur Leblanc. Era alto, de pelo rubio, con ojos azules como el cielo, tenía aspecto de deportista, pero lo más inquietante es que al ver sus ojos, sólo podías ver bondad y entusiasmo.


El detective Leblanc llegó a la policía de Soul con un objetivo clave, y no era exactamente el que pensaban sus superiores y toda la comisaría de la región. Además Leblanc estaba antes de que se cometiese el delito en la capital, para solucionar, según él, unos problemas personales.

Al llegar a la central de policía, Leblanc dijo a todos sus compañeros:
-La historia solo acaba de comenzar, prepárense para uno de los casos más difíciles de todas sus vidas...

Seguido de esto, nuestro joven detective partió hacia su despacho, del cual no salió en todo el día.

MARCOS GIL BENÍTEZ, 4º ESO C

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