miércoles, 30 de enero de 2013

HOMENAJE A NUESTRAS AUTORAS PIONERAS


La Biblioteca Nacional de España (BNE) se ha sacudido la "tradición machista" que tenía desde su inicio con la exposición "El despertar de la escritura femenina en lengua castellana", un homenaje a las primeras mujeres escritoras que abarca desde el siglo XV al XVII. 
La exposición exhibirá hasta el próximo mes de abril auténticos "tesoros" literarios -manuscritos e impresos- escritos por pioneras de la literatura femenina como Santa Teresa de Jesús, Luisa Sigea, Isabel de Villena, Sor Ana de San Bartolomé, María de Zayas o Sor Juana Inés de la Cruz.

El florecer de la literatura femenina en los conventos, tanto en prosa (Santa Teresa de Jesús) como en poesía (Sor María de la Antigua), se ve acompañado del trabajo de otras mujeres que se presentan a certámenes literarios o suman sus escritos a libros colectivos realizados con motivo de homenajes o celebraciones.

No obstante, algunas de ellas pagaron su "osadía" con altos precios, según ha explicado hoy la comisaria de la exposición Clara Janés. Este fue el caso de Luisa Sigea, quien fue víctima de la impostura literaria al firmar Nicolás Chorier con su nombre un libro de carácter erótico, "casi pornográfico", titulado "La academia de las damas".

"La Biblioteca Nacional tiene una tradición muy machista desde su inicio", explicó hoy en la presentación de la muestra la directora de la Biblioteca, Gloria Pérez-Salmerón, quien recordó que su fundador en 1711, Felipe V, no dejaba pasar a las mujeres y que éstas solo pudieron entrar, los sábados y de visita, como si fueran "bichos raros", a partir de 1837.

Para paliar esa restricción de la mujer a la cultura, muchas se vieron empujadas a refugiarse en conventos, donde podían tener su "parcela privada" y escribir, fundamentalmente textos religiosos, algunos de los cuales custodia la Biblioteca Nacional.

Entre las voces femeninas de las que transcendieron "pocos ecos" la muestra destaca la de la científica Oliva Sabuco, descubridora del jugo cerebral, que recogió en su libro "Nueva filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos antiguos". Su propio padre quiso apoderarse de la autoría de su descubrimiento, aunque no lo pudo hacer porque Felipe II había otorgado permiso a su hija para publicarlo, si bien posteriormente la mala relación de Felipe II con los ingleses hizo que estos se apropiasen del descubrimiento de Oliva Sabuco.




FUENTE: EFE

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