jueves, 24 de octubre de 2013

¿ PARA QUÉ SIRVE LEER Y HACER USO DE UNA BIBLIOTECA HOY EN DÍA ?


En un día tan especial como el de hoy, en el que celebramos el Día Internacional de la Biblioteca, os proponemos la lectura de este artículo en el que se recoge la intervención de Michèle Petit  en el II Seminario Internacional de Bibliotecas Públicas que se celebra estos días en Chile y que se centra en esta edición en temas de Memoria y Patrimonio en la era digital 

 

La investigadora y especialista en fomento a la lectura Michèle Petit inició su charla con un reconocimiento al trabajo de los bibliotecarios chilenos, cuya gestión de bibliotecas públicas es conocida en distintas partes del mundo. Petit dedicó más de 20 años de su vida, como antropóloga, a investigar la lectura en lugares donde era muy difícil acceder a ella, ya sea por conflictos armados, crisis económicas intensas u otras situaciones particulares. Estas investigaciones consistían básicamente en conversaciones amplias que le permitieron revelar la forma en que los textos habían ayudado a los lectores a reconstruirse. “Esto me permitió –señala Petit- aproximarme al fundamento de la importancia de la lectura y por eso quise centrar esta charla  sobre el tema de ¿para qué sirve leer y hacer uso de una biblioteca hoy en día?”

Muchos niños tienen la impresión de que hay que pasar por ciertos aprendizajes sin saber lo que está en juego, entonces quizás no sea inútil reformular la pregunta de por qué leemos. Hay una diferencia entre el enfoque utilitarista de los encargados de las políticas públicas en torno a la lectura y el de las personas que hacen uso de la lectura. Existe una visión productivista por parte de los funcionarios encargados de fomentar la lectura, es decir, se enfatiza que la lectura ayuda a las personas a tener mayor éxito económico o escolar, que la lectura puede ayudar a romper ciertas barreras sociales. El hecho de que los hombres sean menos lectores que las mujeres, por ejemplo, influye en que tengan menor éxito en su trayectoria escolar. La familiaridad con lo escrito es un factor importante, sin duda, en la trayectoria escolar y posteriormente profesional de las personas.

Entre los mediadores de la lectura, por otra parte, la alternativa a esta visión utilitarista consistió en reivindicar el placer por la lectura. Pero escuchando a los lectores en casos en que la lectura ocupa un lugar clave en momentos críticos, leer sirve tal vez ante todo para dar sentido a la existencia, sirve para abrir un margen de maniobra, para ser protagonista de su historia, para reparar algo que está roto. La lectura tiene mucho que ver con el hábitat, con el espacio del ser. “La lectura es mi país, los libros eran mi casa, mi hogar. Leía y era como una casa o una cabaña”, cita Michèle Petit refiriéndose a sus entrevistados. Lo que está en juego leyendo es ante todo la apertura de otro espacio para el desarrollo de uno mismo o el olvido de uno mismo, sobre todo cuando no se cuenta con un territorio propio. Leer no es una evasión sino un salto hacia un lugar donde el recuerdo o la imaginación de un futuro es posible. Los libros pueden ser como una vivienda prestada para quienes han perdido otro tipo de hogar.

Los bienes culturales y los libros en particular tienen que ver con una guarida, que sirve para interponer entre lo real y uno mismo un tejido de palabras sin el cual el mundo sería un lugar hostil. Sirve para armonizarse o volver a armonizarse con el mundo a través de otra dimensión, una reserva poética a la cual podemos acudir cuando necesitamos un refugio. En la lectura opera una apropiación natural, pues vemos desde la más tierna edad cómo los niños no reciben pasivamente un texto, sino que lo integran a su mundo, lo transforman, mediante un trabajo psíquico que acompaña a la lectura.

Leer sirve para encontrar afuera elementos que puedan representar lo que vivimos por dentro. Sirve no solamente para enunciar nuestra experiencia en particular, sino para vivir experiencias de un límite infinito. Nos permite escribir aunque sea sólo en nuestra mente. La literatura en general, mitos, leyendas, cómic, poesía, brinda un soporte muy notable para externalizar nuestra interioridad.

Y las bibliotecas, en este contexto, deben proporcionar una relación personal en la que el mediador de lectura reconoce al lector como sujeto. La biblioteca puede ser el centro de la transmisión cultural para mucha gente que no encuentra estos recursos en otras dimensiones de su existencia. La biblioteca puede dar un sentido de permanencia o estabilidad que es especialmente dañado en tiempos de crisis, y representar un ágora de encuentro de la sociedad con los bienes culturales que constituyen un recurso fundamental para contener la angustia social en momentos difíciles.


FUENTE: II SEMINARIO INTERNACIONAL DE BIBLIOTECAS PÚBLICAS DE CHILE

2 comentarios:

Texenery dijo...

Gracias! Interesante entrada ;-)

Equipo de Biblioteca del IES Sierra de Mijas dijo...

¡ Gracias a ti por contárnoslo ! y sobre todo gracias a la Lectura por permitirnos vivir tantas vidas y tener tantas experiencias y a las Bibliotecas por posibilitarlo.

Feliz Día de la Biblioteca cada vez que entres en una de ellas.