martes, 26 de marzo de 2019

LAS SUPERSTICIONES EN EL TEATRO



El teatro es una de las máximas expresiones de arte, cultura y belleza del mundo. Este género artístico es uno de los más antiguos que existe y entorno a él giran muchas de las anécdotas más sorprendentes e inimaginables.

El miedo a utilizar prendas de color amarillo en el escenario o pronunciar las palabras “buena suerte” antes de empezar la función son solo algunas de ellas, sin embargo, estas no son las únicas.

Por ello, y con motivo del Día Mundial del Teatro que se celebra hoy 27 de marzo, Coolturebox ha elaborado un listado de 6 supersticiones más llamativas del mundo teatral.

Silbar durante una obra de teatro es símbolo de mala suerte.
Hubo una época en que los técnicos y directores de una función se comunicaban gracias a un código especial: a través de silbidos. Nadie más podía hacerlo o de lo contrario, podría llevar a error y convertirse en un problema grave durante la función.


Las plumas de pavo real no están bien vistas en el escenario.
Estas plumas tan coloridas e hipnotizantes recordaban en el mundo del espectáculo a un ojo diabólico, lo que llevaba a relacionarlo con el mal de ojo.



Los claveles no son un detalle bonito en el mundo de la actuación.
Regalar flores siempre ha sido una apuesta segura para demostrar el afecto que se siente por otra persona. Sin embargo, en una función no todos los tipos de flores eran bien vistos. En el siglo XIX, las flores servían a los directores para comunicarles a las actrices si seguían en la compañía o la abandonaban. De esta forma, mientras que las rosas eran deseadas por todas las actrices ya que garantizaban su trabajo, los claveles representaban el despido inminente.


Fallar para conseguir el éxito.
Quizá equivocarse pueda asustar. No obstante, en teatro, no errar es sinónimo de fracaso, al menos en el ensayo general ya que en una representación esto puede significar que todo va a salir bien durante el estreno y que la función va a ser todo un éxito.





¡Que nunca se apaguen las luces! 
El escenario nunca se deja en la penumbra absoluta; siempre tiene que haber algo de luz. Hay muchas leyendas que afirman que, para ahuyentar a los fantasmas fuera de las tablas, tiene que haber al menos una luz prendida.

“La obra maldita”.

Algunas obras que han sido representadas en teatro se han ganado el título “malditas”. Un ejemplo claro es la famosa obra ‘Macbeth’ de William Shakespeare debido a que el teatro de Lisboa en el que se representaba la obra en el año 1964 acabó ardiendo en llamas.



 FUENTE: 20MINUTOS.ES

0 comentarios: