Después de Campos de Fresas no abandonamos la
actualidad, al contrario, seguimos instalados en ella, en el presente y en una
bella ciudad de nuestro país.
La acción transcurre en la ciudad de
Barcelona y recrea los distintos ambientes —desde las zonas más marginadas, con
sus problemas de delincuencia y de integración social, hasta la característica
vivienda de la clase burguesa, fiel reflejo de sus intereses y de su vida al
margen de los conflictos sociales— que forman el marco de acción del
protagonista, un joven estudiante de instituto, que suele verse envuelto en
tareas propias de un detective, siempre impulsado por los sentimientos de
amistad, camaradería y justicia social, tan compartidos por los jóvenes.
El mundo del adolescente, sus sentimientos,
deseos y actitud ante la vida, sus esfuerzos para que haya justicia... todo
ello se percibe a lo largo de toda la obra, en la que además encontramos temas
de triste actualidad, como puede ser el tráfico de bebés, y algún asesinato.
Disfrutad de sus aventuras y poneos en la
piel de alguien como muchos de vosotros al
que solo hace diferente las cosas que le van pasando en la vida.