2016 nos trae una serie notable de centenarios y otras
efemérides literarias. Se cumple el cuarto centenario de la muerte de Cervantes
y de Shakespeare. Aunque los estudiosos discrepan en cuanto a la fecha y en
cuanto a la coincidencia, la tradición viene manteniendo que ambos murieron el
23 de abril.
También se cumple el cuarto centenario de la muerte de Garcilaso
de la Vega, el Inca (hijo de un capitán español y una princesa inca). Se
cumplen igualmente 150 años del nacimiento de Valle-Inclán o el primer
centenario del de Camilo José Cela. Y hay otro centenario, este no de una
persona, sino de un libro: el de Diario de un poeta recién casado, de Juan
Ramón Jiménez.
Centrándonos en el caso de Cervantes, probablemente
nuestro escritor más reconocido, transcurrido ya un mes de este 2016 no solo
debía estar todo ya preparado para dicha conmemoración, sino que deberían
sucederse los actos que la ocasión requiere y este insigne personaje merece. Así parece suceder en
Inglaterra, donde son muchos y de la más diversa naturaleza los actos que ya se
desarrollan para conmemorar a su más insigne escritor.
¿Qué ocurre en España?
La falta de actos programados para celebrar el IV
aniversario del centenario de la muerte del escritor Miguel de Cervantes ha
desatado la polémica en el mundo de la literatura. El primero en destapar la
caja de los truenos ha sido el director de la Real Academia Española, Darío
Villanueva, que ha resaltado que España «no debe dejar pasar la oportunidad» de
homenajear al escritor Miguel de Cervantes «como se merece», en relación a los
actos del IV centenario de la muerte del autor de El Quijote que tendrán lugar
este año. Villanueva ha pronunciado estas palabras coincidiendo con la
presentación esta semana de una obra que recopila los autógrafos de Cervantes en
distintos documentos administrativos, alertando de que este acto «es
probablemente el primero que se organiza para conmemorar el centenario» de
Cervantes.
El Gobierno quiere evitar lecturas de politización. El
secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, ha salido al paso de las
críticas que apuntan a un retraso en la programación de los actos de
conmemoración del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. En este
sentido, ha recordado que el gobierno está en funciones y ha precisado que no
es voluntad de ese ejecutivo que parezca que se quiere politizar la figura del
escritor. En este sentido, en declaraciones en la sede del ministerio, ha
advertido de que «una fasta conmemoración» de este centenario podría ser entendida
como «una politización de la figura de Cervantes». «Nada más lejos de la
intención de la Comisión Ejecutiva que esto pueda ser un factor que ensombrezca
o genere polémicas con la figura de Cervantes, que es un lugar de encuentro
para todos los españoles y el mundo cultural en español», ha agregado.
Eso es lo que todos creíamos, que Cervantes «es un lugar
de encuentro para todos los españoles y el mundo cultural en español», pero una
vez más sentimos un cierto desasosiego al comprobar que todo en la sociedad
española sucumbe ante la política, ni siquiera Cervantes o el Inca Garcilaso
han conseguido mantenerse al margen de ella y recibir un reconocimiento en un
momento tan simbólico como el que vivimos. Se suceden, eso sí, los
reconocimientos desde distintas instituciones, como por ejemplo la Biblioteca
Nacional de España, pero todos echamos de menos que no se esté aprovechando la ocasión para llevar a cabo, desde un primer momento, una
acción a nivel de estado como homenaje a estos escritores que llegue a todos los ciudadanos y los acerque a ellos. En unos tiempos en los que tanto se habla de "marca España" se entiende aún menos. Probablemente, según
parece y a tenor de lo visto, no lo necesitan, pero sin duda lo merecen.