Hace unas semanas cayó en mis manos por casualidad un libro de título muy sugerente La buena vida de Alex Rovira. En su primer capítulo habla de eso, de la vida, de las distintas caras que parece tener:
“En ocasiones consideramos que la vida es dura, absurda, difícil, agotadora. Pero también tenemos momentos de alegría, de plenitud, de goce, de felicidad, donde sentimos en lo más hondo de nuestro ser que la vida merece mucho la pena, que es profundamente bella. Cuando eso se produce, podemos pensar que el simple hecho de estar vivos, de ser conscientes, es un regalo extraordinario. En esos momentos de gracia, nos parece que todo encaja, que todo cobra sentido, y que la vida es una oportunidad para aprender, crecer, compartir y amar.
Ante esta situación es inevitable, por tanto, plantearnos ¿qué es la vida? Esta pregunta admite, por
lo menos, tantas respuestas como seres humanos existen, aunque quizás una de las más razonables que he escuchado
proviene del aforismo tibetano que reza:
«La vida es lo que hacemos de ella».
La vida es y será lo que hagamos de ella, es cierto. Es nuestra tarea
ponerles el signo, el color y el sentido. Y es que a pesar de los pesares, como
nos dice el bello poema «Palabras para
Julia», que José Agustín Goytisolo escribió para su hija y con el que se abre
este libro, «es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el
muro ciego». También, pese a los golpes de nuestra existencia, podemos tener
amor, esperanza, podemos luchar por la dignidad propia y del otro, construir
nuestro destino en la voluntad de servir, crear la felicidad para los que nos
rodean, aquellos a quienes amamos. La vida es bella, y será bella, si decidimos
poner la belleza en ella, si decidimos comprometernos y lo hacemos, instante a
instante. Quizás ése es el gran reto de nuestra existencia.
Porque la belleza de la
existencia, su bondad, reside en el compromiso con ésta, y este compromiso es,
en esencia, una actitud que podemos elegir aquí y ahora.”
Texto extraído de La buena vida de Alex Rovira.
¡Que tengáis buen curso!, aunque eso, como ya sabéis,
depende en gran medida sólo de vosotros, no lo olvidéis.
Os dejo con parte de ese poema entrañable cantado por Paco Ibáñez
Os dejo con parte de ese poema entrañable cantado por Paco Ibáñez
2 comentarios:
Fuiste y serás el profesor favorito de varias generaciones de alumnos. Yo, por suerte, fue uno de ellos. ¡Gracias!
Siempre me he considerado afortunado con los alumnos que he tenido y ahora, con tus palabras, recibo un reconocimiento que nunca pretendí.
Tal vez lo más importante es no haber caído en el olvido y, si aquello que juntos construimos en nuestras clases ha servido para algo, me doy por satisfecho.
Gracias
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