Arturo Pérez-Reverte acaba de publicar “Hombres
buenos” una novela en la que no están tan presentes, en la misma medida que en
otras obras suyas, la aventura y la acción, con profusión de duelos y
persecuciones, pero en la que sí aparece el debate entre la razón y los
prejuicios, entre los hombres de ciencia y progreso y quienes defienden las
tradiciones solo por el hecho de serlo, por lo que para algunos, curiosamente,
puede ser considerada la más ‘revertiana’ de sus novelas.
El argumento es
sencillo: a finales del siglo XVIII, la Academia envía a dos de sus miembros a
París con el objetivo de adquirir la ‘Encyclopédie’. Mientras preparaban el
viaje, otros dos académicos se ponen de acuerdo para tratar de impedir que el
viaje de sus compañeros se vea culminado por el éxito. Lo curioso es que uno de
los saboteadores es lo que ahora llamaríamos de extrema derecha y el otro, de
extrema izquierda. El primera no desea que las ideas renovadoras lleguen a
España. El segundo teme que sean mal interpretadas.
Lo que cuenta la
novela es el viaje y la posterior búsqueda en París de una colección completa
de la magna obra, en su primera edición. Por supuesto, la sombra del mercenario
contratado por los saboteadores está siempre tras los dos académicos.
Hay poca acción
en el libro y lo que domina es el debate de las ideas. Uno de los académicos es
el bibliotecario de la institución; el otro es un marino que dejó los mares
hace tiempo. Ambos confrontan sus ideas y también lo hacen con los colegas
franceses que se van encontrando, así como con otros personajes históricos,
como el conde de Aranda.
Hablan del mundo
que les ha tocado vivir, pero no es difícil hallar ecos de hoy mismo, y más
concretamente de la España de nuestros días. No es difícil hallar similitudes
entre la voz de don Pedro Zárate, el marino retirado que encarna el sentido del
deber, el escepticismo a veces doloroso, la idea de lo que es honorable
referida solo a uno mismo y su concepto de progreso, con la del autor.
Narra todo eso
Pérez-Reverte y al tiempo cuenta cómo elaboró la novela, cómo se documentó y
resolvió algunos problemas. No faltan las conversaciones con otros académicos
de hoy y con especialistas en esa época histórica. Francisco Rico protagoniza
una de las escenas más divertidas, sobre todo cuando se cruza una referencia a
su aparición frecuente en las novelas de Javier Marías. Sin embargo, el lector
no debe caer en la trampa de pensar que cuanto narra el autor en esas páginas
es del todo real. De hecho, cuando habla de las novelas que ha publicado se
refiere a ellas con títulos falsos, lo que da una pista de que las fronteras
entre realidad y ficción no están nunca tan claras como puede parecer.
FUENTE: ELCORREO.COM
Arturo Pérez Reverte sostiene un tomo de la Encyclopedie que guarda la Real Academia Española. / Daniel Mordzinski Vía El País |
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