En medio de una gran emoción y, por qué no decirlo, de cierta incredulidad por ser varios los años en los que su nombre ha sonado para este premio, Ana María Matute recibía la noticia de la concesión del Premio Cervantes 2010 afirmando "Es una especie de premio a todo lo que ha pasado durante una vida".
El Cervantes era un premio muy deseado por la autora de 85 años: "Me hacía mucha ilusión y esta noche no he dormido nada pensando si me lo darían o no me lo darían y ahora me siento muy feliz", ha reconocido. Y es que hay "algunos que escriben para que les den premios, pero otros escribimos porque es nuestra forma de estar en la vida. De todos modos sienta estupendamente que te premien".
La escritora ha explicado que la celebración ha comenzado "de momento abriendo dos botellas de cava". "Y luego lo seguiré celebrando escribiendo un nuevo libro que comenzaré en Navidad y que lo haré con toda la ilusión e ímpetu". Matute ha confesado que no esperaba el Cervantes "ni hace años ni hace meses" pero que últimamente le empezaron a decir que su nombre sonaba. "No me lo creía del todo pero al final ha sido así y estoy muy contenta y doy saltos de alegría". (A pesar de las muletas que ya se ve obligada a utilizar).
Académica de la Lengua y genial novelista y cuentista, la "sorprendente" conjunción entre el realismo y lo fantástico que se da en la obra de Matute (Barcelona, 1925) fue destacada por el escritor Juan Marsé, Premio Cervantes 2008 y miembro del jurado, cuyo fallo fue hecho público por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en un encuentro con la prensa.
Tras repasar la biografía de Matute, jalonada de "títulos clásicos de la literatura española", la ministra manifestó la admiración que profesa a Matute, una escritora "con un mundo propio y un lenguaje propio". La ministra admira también a la autora de Paraíso inhabitado por su trayectoria "vital", por "esa firme voluntad" de ser narradora que tuvo desde niña, "por mantener esa vocación contra viento y marea y haber hecho de la literatura un medio de vida"."Quizá las mujeres de mi generación hemos tenido más fácil dedicarnos a la creación de lo que ellas lo tuvieron". Matute "es un ejemplo maravilloso para todas las mujeres que nos dedicamos a la cultura", afirmó la ministra.
Juan Marsé admira a la ganadora "por muchas razones y no solo literarias, sino de orden vital". Y es que la vida de Ana María Matute no ha sido fácil. Como le sucedió a tantos otros escritores de su generación, la Guerra Civil impidió un desarrollo normal de su adolescencia y juventud. Marsé aludió además a otro elemento clave en la obra de la novelista catalana: "el bosque", esa palabra "tan importante" para ella y una de sus grandes obsesiones literarias, como ella misma dijo en 1998 en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, uno de los más hermosos que se han escuchado en esa institución.
"El bosque es para mí el mundo de la imaginación, de la fantasía, del ensueño, pero también de la propia literatura y, a fin de cuentas, de la palabra", afirmaba en aquella ocasión esta escritora, "predestinada a la literatura desde niña".
De todas las facetas desarrolladas por Matute, el presidente del jurado, Gregorio Salvador, académico de la Lengua, se centró en la producción de literatura infantil y juvenil de la escritora, "una autora verdaderamente genial y que tiene un público fiel en esas edades".
Se trata de la tercera mujer distinguida con este galardón en los 35 años de vida del premio. Las otras dos mujeres fueron la española María Zambrano en 1988 y la cubana Dulce María Loynaz en 1992. Ángeles González-Sinde dejó claro que, en materia de premios, "los jurados son absolutamente autónomos" y subrayó que, "independientemente de cuestiones de género, Ana María Matute se merece este premio por la calidad de su obra y por ninguna otra consideración".
FUENTE: Público.es
0 comentarios:
Publicar un comentario