martes, 10 de mayo de 2011

EPITAFIO PARA UNA MUCHACHA


Porque te fue negado el tiempo de la dicha

tu corazón descansa tan ajeno a las rosas.

Tu sangre y carne fueron tu vestido más rico

y la tierra no supo lo firme de tu paso.

Aquí empieza tu siembra y acaba juntamente

-tal se entierra a un vencido al final del combate-,

donde el agua en noviembre calará tu ternura

y el ladrido de un perro tenga voz de presagio.


Quieta tu vida toda al tacto de la muerte,

que a las semillas puede y cercena los brotes,

te quedaste en capullo sin abrir, y ya nunca

sabrás el estallido floral de primavera.


De Arte y parte (1961) y Cañada de los Ingleses (1961)


María Victoria Atencia


FUENTE: mvatencia.com

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