La poesía cantada, esas novelas de seis minutos y pico, la prosa mecida por inconfundibles melodías folk le han valido al músico Leonard Cohen (Montreal, 1934) el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Por sus canciones de marcado carácter literario, pero también por su obra no cantada, libros como "Flores para Hitler", "Los hermosos vencidos", "Comparemos mitologías", o la novela "El juego favorito".
El jurado ha destacado el "imaginario sentimental" creado por Leonard Cohen, en el que "la poesía y la música se funden en un valor inalterable" creando una obra que ha influido en tres generaciones de todo el mundo". Su libro más reciente -en total ha firmado 12- es el poemario 'Libro del anhelo" (2006).
Posiblemente ahora cobre todo su sentido el hecho de que la carrera de Cohen, fenomenal recitador de voz grave y ascendencia lituana, comenzase en los cenáculos literarios en aquellos años 60 en los que la generación que revisó las tradiciones del folk introdujo la sensibilidad poética de autores estadounidenses como Walt Whitman o Henry David Thoreau. Su novela de debú, "El juego favorito", tomó la forma de un libro de aprendizaje.
Después vendría el fichaje por Columbia Records y su estreno discográfico, Songs of Leonard Cohen, acaso uno de los mejores álbumes de la historia del rock. Se abría con Suzanne, una letra dedicada platónicamente a una bailarina canadiense que ya daba idea de unas inquietudes poéticas, algo nada común en la industria de la música:
"Y cuando tratas de decirle / que careces de amor para ofrecer / te coge y te mece entre sus brazos / dejando que el río conteste / que siempre fuiste su amante".
El fallo destacaba también de Cohen su maestría para plasmar "el paso del tiempo, las relaciones amorosas, la tradición mística de Oriente y Occidente y la vida contada como una balada interminable configurando una obra identificada con unos momentos de cambio decisivo a finales del siglo XX y principios del XXI".
FUENTE: Elpais.com
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