El escritor chino MO YAN ha sido galardonado con el PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2012. El jurado ha destacado que el autor chino «combina los cuentos populares, la historia y la contemporaneidad con un realismo alucinante». Al recibir la noticia vía telefónica en su domicilio, Mo Yan se ha mostrado «lleno de alegría y asustado», según ha confirmado la Academia Sueca , que recomienda su obra "Las baladas del ajo" (Kailas, 2008).
Gracias a su novela "Sorgo rojo", llevada al cine en 1987 por el
prestigioso director Zhang Yimou, el recién nombrado Premio Nobel de
Literatura, Mo Yan, es uno de los escritores más famosos de China.,
gracias a lo cual a llegado a ser uno de los autores más pirateados
del mundo y estar permanentemente en el ojo de huracán, ya sea por
su compromiso político o por la falta del mismo.
Aunque sus libros destacan por su aguda crítica social, Mo Yan ha
conseguido sobrevivir en el difícil mundo de la Literatura china.
Para ello, quizás haya tenido que morderse la lengua en más de una
ocasión, empezando por su propio nombre literario, Mo Yan, que en
mandarín significa algo así como “abstente de hacer comentarios”.
Guan Moye, como realmente se llama, confesó durante un discurso en
la Universidad Abierta de Hong Kong que escogió dicho nombre para
recordarse a sí mismo que era mejor no hablar demasiado en un país
como China, donde las opiniones sinceras no son siempre bienvenidas.
Nacido en 1955 en la provincia oriental de Shandong, en el seno de
una familia de campesinos, Mo Yan pertenece a esa “generación
pérdida” de chinos que tuvo que dejar los estudios para trabajar
en una fábrica durante la “Revolución Cultural” (1966-76) de
Mao Zedong. Con 20 años, ingresó en el Ejército Popular de
Liberación, donde empezó a escribir sus primeros relatos a
principios de los 80 ante la mirada inquisitiva de sus superiores.
Tras ser nombrado profesor de Literatura en la Academia Cultural
del Ejército, Mo Yan alcanzó renombre mundial gracias a la
adaptación cinematográfica de su novela “Sorgo rojo”, que
supuso el debut del director Zhang Yimou y de la actriz Gong Li y
ganó el Oso de Oro del Festival de Berlín en 1988. Ambientada, como
muchas de sus obras, en los pueblos de su provincia natal que le
vieron crecer y pasar hambre, “Sorgo rojo” retrata la azarosa
vida de una joven que es vendida al dueño leproso de una destilería
durante los violentos años de la ocupación japonesa (1931-45).
Influido por la ironía social de Lu Xun, el padre de la
Literatura china contemporánea, el realismo mágico de Gabriel
García Márquez, y autores occidentales como William Faulkner, Mo
Yan ha cultivado un fino sentido del humor, bastante negro a veces,
en títulos como “La vida y la muerte me están desgastando” y
“Grandes pechos, amplias caderas”, ambos publicados en español
por Kailas. En el primero repasa la turbulenta historia de China
durante la segunda mitad del siglo XX gracias a una metafórica
reencarnación budista que convierte a un terrateniente ejecutado por
sus “pecados burgueses” en un burro, un buey, un cerdo, un perro,
un mono y, finalmente, de nuevo en un niño. En el segundo, prohibido
en China, su visión histórica se amplía desde los últimos tiempos
de la dinastía Qing hasta el fin del maoísmo para homenajear a las
sufridas mujeres de este país, ya que su protagonista, casada con un
hombre impotente, tiene ocho hijas fuera de su matrimonio antes de
alumbrar al ansiado varón.
Mientras en “Las baladas del ajo” (Kailas) vuelve a posar su
mirada en la China rural durante el principio de las reformas
económicas iniciadas por Deng Xiaoping en 1978, en “La república
del vino” critica la corrupción de un régimen que aún se
denomina comunista pero practica el capitalismo de Estado más
salvaje mientras una sociedad anestesiada por la modernidad y el
dinero se entrega a los placeres de la comida y el alcohol tras
décadas de penurias. Con estas obras monumentales, el mundo entero,
y sus propios compatriotas, han conocido un país tan fascinante,
pero también brutal, como China. Y todo gracias a un escritor que,
curiosamente, no quería hablar.
FUENTE: abc.es
0 comentarios:
Publicar un comentario