RETRATO DE UN ENCUENTRO
ANTONIO JIMÉNEZ ARIZA |
Metódico en su manera de trabajar Antonio Jiménez
Ariza reconoce que, escenificando una especie de ritual, “trabaja cada sábado y domingo de 12 a 14 horas en su mesa con una taza de café, un cigarro, aunque esté
mal decirlo, y música clásica de fondo”.
Eso no quiere decir que no atienda a las ideas que van surgiendo en cada
momento o son producto de su reflexión,
lo que explica el poder encontrar en la mesa de su salón cantidad de notas que
luego tal vez encuentren su sitio en alguno de los escritos en los que en la
actualidad se ve inmerso.
“No es fácil el oficio
de escritor”, nos dice Antonio Jiménez Ariza, oficio al que
dedica parte de su tiempo. Afirma que
desde muy pequeño solía escribir rellenando cantidad de papeles con sus
pensamientos durante una infancia no demasiado feliz. Descubrió que quería
intentar la aventura de ser escritor cuando se dio cuenta de que deseaba
escribir algo que fuera más allá de las colaboraciones periódicas que solía
tener con varias revistas. Confiesa sin ningún problema que es un escritor de su propia vida, la
profesional, fruto de la cual son “Háblame de ESO”
y “Daniel en el espejo” , y la privada o
personal, que ha inspirado lo que él denomina “libros de adultos”. No debemos
por tanto buscar en sus escritos ni
lugares lejanos que nunca visitó, ni tiempos remotos que no le pertenecen, “solo
está presente en su obra lo vivido y lo sentido”.
“Los
libros”, según nos ha contado, “no surgen porque uno quiera ser escritor,
sino más bien del deseo, de la necesidad de contar algo que llevamos dentro y
que se va abriendo paso en nosotros hasta que un día sale”. Así
comienza muchas veces la creación de una obra, que en ocasiones, como también nos
ha confesado, se detiene quedando ese proceso de gestación interrumpido en alguno de los rincones de su
ordenador.
En el caso de “Daniel en el espejo” tenía desde un
principio claro lo que quería contar. Cada capítulo debía recoger un tema
previamente establecido y cuando se dispuso a la tarea solamente tuvo que
desarrollar esas ideas ya presentes. Ese ha sido el punto de partida de nuestro
alumnado en ese encuentro con Antonio Jiménez Ariza. Ciertamente cada capítulo desarrolla un tema que cada
uno de ellos ha trabajado de una manera especial resumiéndolo en una o varias
frases que hemos compartido y comentado con el autor y que en muchos casos constituyen una auténtica filosofía de vida
expresada de manera clara en la obra.
MOMENTOS DEL ENCUENTRO CON ANTONIO JIMÉNEZ ARIZA |
El punto de arranque
de la obra, esa entrevista entre Daniel
y su profesora en la que el alumno le comunica su intención de abandonar
los estudios, nos sumerge de lleno en el
tema del fracaso escolar. Antonio Jiménez Ariza, sin buscar culpables, inicia un proceso de reflexión que abarca más
que el propio ámbito escolar y que nos lleva a examinar cada uno de los
elementos que han llevado a Daniel a tomar esta decisión. Una edad problemática;
la influencia de los iguales; un sistema que se perpetua y no sabe encontrar
soluciones a la medida para cada tipo de alumno, aunque parte en su declaración
de principios de la diversidad que todos constituimos; unas familias que a
veces no saben o no pueden afrontar estas situaciones, o incluso las desconocen;
unos profesores que, aún queriendo resolver este problema, el problema del
fracaso escolar, no siempre lo logran, porque es un problema que rebasa a la
propia escuela y se genera fuera de ella, aunque paradójicamente la hagamos
responsable de él y busquemos la
solución dentro.
Entre la labor de escribir y revisar lo ya
escrito prefiere esto último. Vuelve a descubrir en ese momento una obra
aún no definitiva, la reelabora y pule, y en ocasiones en ese proceso de
relectura se sorprende al encontrar entre lo ya escrito partes que reconoce son
buenas y que saborea de manera especial.
“En
cualquier caso” , afirma, “la escritura es una pasión, una forma de
disfrutar que en su caso le libera de otras cargas”. No es
evidentemente la única forma de lograrlo, existen otras como la música, el
deporte…, según manifestaron algunos de los asistentes, pero es la suya.
Preguntado por
sus próximas empresas literarias nos
ha hablado de un proyecto que va tomando forma, “Carta a la madre”,
surgido también de un experiencia vital cuando un amigo le comunica la muerte
meses atrás de la madre de este último. También nos ha dado a conocer una primicia. Antonio Jiménez Ariza ha entrado a formar parte del Centro Andaluz de
las Letras, por lo que pronto podrá estar en contacto con muchos de sus
lectores, compartir con ellos sus historias y sus personajes y reflexionar con
ellos sobre sus obras.
PANELES CREADOS POR EL ALUMNADO ASISTENTE AL ENCUENTRO |
0 comentarios:
Publicar un comentario