Con una voz que a medida que avanzaba la sesión iba quebrándose, camisa de
cuadros y su inseparable maleta Raúl Vacas, ese singular obrero de la palabra,
volvió a aparecer en nuestro centro
dando un nuevo sentido a todo lo que nos rodea. Como otros poetas, con esa
especie de magia que solo algunos parecen poseer, volvió a tender un puente
directo entre nosotros y la poesía, no solo la que aparece en los textos, sino
también la poesía que está en cada uno de los objetos que nos rodean, en la vida,
y con permiso de la técnica, sin duda necesaria en el proceso de la creación,
yendo mucho más allá para descubrir lo que hay detrás de cada obra y mirando,
curiosamente, al interior de uno mismo.
Raúl Vacas habló del escritor, del poeta, que, tomando palabras de José
Luis San Pedro, “escribe a base de ser minero de sí mismo” y entrega no solo lo
mejor de su trabajo sino también sus propias vivencias que solo pueden ser entendidas en toda su
plenitud si el lector en su lectura realiza ese mismo proceso de introspección
que le lleva a hacer de cada texto una experiencia interna y personalmente
vivida.
Nos animó a leer poesía, pero también a escribirla y, sobre todo, a
sentirla, y aunque esta se encuentra en todas las cosas, reconoció que no
siempre es conveniente hablar en verso. En este sentido habló de “palabras de
día”, esas que utilizamos la mayor parte de las veces en nuestra existencia, y
“palabras de noche”, las únicas válidas cuando nos adentramos en nosotros
mismos con el deseo de expresar todo aquello que además de mensaje lleva
emoción, sentimiento, deseo… Estas últimas son las que nos han legado autores
como Lope de Vega, Miguel Hernández, Federico García Lorca… palabras que nos
hablan de ellos mismos, de sus anhelos y preocupaciones, de todo aquello que
les envuelve, palabras sin duda utilizadas de una manera especial, eso es la
poesía, pero que solo cobran su sentido especial si al llegar a nosotros son
vividas de la misma manera. La poesía ciertamente está en ellas, pero para ser
vivida como tal también debe estar en nosotros.
¡ Entreguémonos a la lectura, a la poesía, con la misma pasión con la que
los autores crearon sus textos y seamos mineros de nosotros mismos ¡
2 comentarios:
Estos últimos meses la biblioteca no para. Y me alegro muchísimo.
Por otro lado, muy buena entrada. Poesía para hablar de poesía. Una redacción estupenda.
¡Mucho ánimo! ¡Seguid así!
Marcos.
Esa pequeña semilla que germinó hace años en nuestro centro sigue dando hermosos frutos, gracias, sobre todo, a los muchos cuidados y ánimos que recibe.
Parafraseando a Lope de Vega solo podemos decir que "esto es la lectura, quien lo probó lo sabe".
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