El
16 de noviembre de 1995, los países miembros de la UNESCO adoptaron una
Declaración de Principios sobre la Tolerancia. La Declaración afirma, entre otras cosas, que la
tolerancia no es indulgencia o indiferencia, es el respeto y el saber apreciar
la riqueza y variedad de las culturas del mundo y las distintas formas de
expresión de los seres humanos. La tolerancia reconoce los derechos humanos
universales y las libertades fundamentales de los otros. La gente es
naturalmente diversa; sólo la tolerancia puede asegurar la supervivencia de
comunidades mixtas en cada región del mundo.
Un año después de esta declaración, la Asamblea General invitó a
los Estados Miembros a que cada año, en esa misma fecha, se observara el Día
Internacional para la Tolerancia con actividades dirigidas tanto a los centros
de enseñanza como al público en general.
“La tolerancia es el cimiento más firme de la paz y la
reconciliación y nunca ha tenido tanta importancia como en esta época, en la
que vivimos cambios vertiginosos” así lo resalta el
Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon en su mensaje de este año y llama
a todos a fomentarla, promoviendo la comprensión y el respeto entre todas las
culturas, desde los parlamentos a los patios de recreo en las escuelas.
“En este Día Internacional para la Tolerancia, hago un
llamamiento a todos los pueblos y gobiernos para que combatan activamente el
miedo, el odio y el extremismo con el diálogo, la comprensión y el respeto
mutuo. Luchemos contra las fuerzas de la división y unámonos en pos de nuestro
futuro común”.
La Declaración describe la tolerancia no sólo como un deber
moral, sino como un requerimiento político y legal para los individuos, los
grupos y los Estados. Sitúa a la tolerancia en el marco del derecho
internacional sobre derechos humanos, elaborados en los últimos cincuenta años
y pide a los Estados que legislen para proteger la igualdad de oportunidades de
todos los grupos e individuos de la sociedad.
La injusticia, la
violencia, la discriminación y la marginalización son formas comunes de
intolerancia. La educación es un elemento clave para
luchar contra estas formas de exclusión y ayudar a los jóvenes a desarrollar
una actitud independiente y un comportamiento ético. La diversidad de
religiones, culturas, lenguas y etnias no debe ser motivo de conflicto sino una
riqueza valorada por todos.
FUENTE: DIARIOCOLATINO.COM
En un día como el de hoy marcado tristemente por una de esas formas de intolerancia, la violencia, parece más necesario que nunca hacer una llamada a la TOLERANCIA.
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