En el día en que celebramos EL DÍA DE EUROPA nos ha parecido buena idea rememorar una historia de mitos relacionada con el nombre de nuestro viejo continente y que naturalmente hunde sus raíces en el mundo griego.
En la mitología
griega, Europa (en griego antiguo Εὐρώπη Eúrṓpē)
era una joven fenicia,hija de los reyes de Tiro Agenor y Telefasa, que
terminaría dando su nombre al continente
europeo. Hay varias versiones del mito. En la más conocida se cuenta que
la muchacha fue seducida por el dios Zeus transformado
en toro, quien la llevó a Creta sobre sus lomos.
Rapto de Europa, Pedro Pablo Rubens 1628-29 Museo del Prado, Madrid |
Prendado de Europa, Zeus se transformó
en un toro blanco y
se mezcló con las reses que tenía el padre de la muchacha. Mientras Europa y su
séquito recogían flores cerca de la playa, ella vio al toro y acarició sus
costados y, al notar que era manso, se montó en él. Zeus aprovechó esa
oportunidad: corrió al mar y nadó hasta la isla de Creta llevando a Europa en
el lomo. Ya en Creta, Zeus reveló su auténtica identidad, adquirió de nuevo forma de hombre y poseyó a Europa cerca
de la Fuente de Gortina, concretamente bajo un árbol que aún hoy existe y que
daba plátanos como fruto, (se dice que por eso desde entonces sus hojas siempre
permanecen verdes). Del encuentro entre Europa y Zeus nacieron tres hijos, los cuales tuvieron
por nombres el de
Sarpidón, Radamantes y Minos (futuro rey de Creta
y carcelero del temido Minotauro).
Antes de regresar al Olimpo Zeus hizo tres regalos a
Europa: Un autómata de nombre Talo que le serviría para vigilar la
costa de la isla, un perro que era siempre
certero con sus objetivos de caza y una jabalina que siempre daba en el blanco. Además
concertó su matrimonio con el Rey de Creta,
Asterión, el cual incluso adoptó a los vástagos de Zeus como suyos.
Cuenta la leyenda
que, entretanto, el padre de Europa, desesperado, caminó y caminó
por todos los caminos
llamando a su hija: – ¡Europa!, ¡Europa!- sin hallar
nunca contestación. Y que los habitantes de esos otros lugares por los que iba pasando
terminaron llamando así al continente.
Hay también quienes afirman que fue el propio dios fue el que dio el nombre a
estas tierras como reconocimiento al amor que había profesado por la joven.
Cuenta también la leyenda que, tras la muerte de Europa,
en su honor Zeus convirtió en constelación a la forma de toro gracias a la cual había podido raptar
a la princesa, incluyéndose desde ese momento entre los signos del zodiaco.
FUENTE: WIKIPEDIA, SOBRELEYENDAS.COM
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