Imagen Fundación Telefónica |
Las booktubers,
y hablamos en femenino porque la mayoría de ellas son chicas, son amantes de los
libros que graban vídeos hablando de libros, y no solo de los libros, ni de la
literatura que contienen, también de todos los actos que rodean al libro: desde
el deseo y la espera, la compra, el regalo, la lectura, hasta el coleccionismo
y el almacenamiento. Hablan del placer de leer, del placer de comprar, del
placer de ordenar. Se quejan del exceso de deseo, de la falta de fondos, de la
falta de espacio, de las malas ediciones, del exceso de novedades, de la falta
de tiempo.
La
comunidad es activa y amistosa, comparten libros físicos entre ellos, graban
vídeos en común, se motivan unos a otros e incluso disfrutan y hablan de la
comunidad misma, del hecho de ser booktuber, muestran
con orgullo su pertenencia al grupo.
El fenómeno booktuber viene
una vez más de los países de habla inglesa, es difícil precisar cuándo y de
quién nació pero parece ser un subgrupo de los Video Hauls. Haul significa
botín, y hace más de seis años en YouTube comenzaron a aparecer vídeos de
compradoras, principalmente de ropa, que se grababan mostrando su más reciente
botín. Ya por ese entonces muchos aficionados a los productos electrónicos
comenzaban a crear vídeos de Unboxing (grabaciones de la apertura de la caja
de un producto mostrando todo lo que trae y cómo lo trae) y reseñas de
productos comprados. Es muy probable que de esos vídeos de compras naciese el
primer vídeo exclusivo de compras de libros, el primer Book Haul, un vídeo
en el que una ávida lectora-compradora muestra sus libros recién comprados y
explica las razones que le han motivado a realizar la compra. Paralelamente en
la blogosfera literaria existía el IMM (del inglés In My Mailbox: en mi buzón)
una suerte de Book Haul que
consistía en mostrar al menos una foto de la pila de libros adquiridos, tomados
de una biblioteca o recibidos de una editorial; hoy en día la diferencia entre
un vídeo de Book Haul y un
vídeo de IMM es
prácticamente solo una preferencia de terminología.
Los book
hauls no son el único
tema de la comunidad de booktubers, de
hecho hay tantos temas diferentes, que es difícil que una booktuber realice un vídeo de temática libre,
probablemente por la falta de tiempo, o quizás porque los temas son tan precisos
y están tan probados por la experiencia, que cubren todos los aspectos del
proceso de un libro en la vida de una lectora.
Siguiendo
ese proceso cronológico del libro, una vez una booktuber ha grabado el vídeo de sus
adquisiciones, no olvidemos que hablamos de personas que devoran libros,
grabarán un vídeo de reseña o crítica de muchos de esos libros (Book review). No solo se comparte con la comunidad la lectura
de un libro una vez hecha, en ocasiones se comparte el acto de la lectura con
otra gente. Una vez se ha terminado un mes de lectura, se
hace un resumen o wrap up de los libros leídos ese mes.
A
veces no solo se habla de los libros adquiridos o los leídos, también de los
que están en la lista de espera para ser leídos (TBR, del inglés to be read).
Para
una amante de los libros el universo del libro tiene muchas facetas y no se
deja de explorar ninguna.
Los vídeos de los booktubers crean comunidades de
seguidores encantados de compartir sus preferencias y manías: los próximos libros que
leerán, cómo los ordenan en su cuarto (el sancta sanctorum de los booktubers es su dormitorio),
qué portadas les subyugan y cuáles aborrecen, etc. Habrá quien acuse a estas
chicas de egocéntricas o frívolas, pero se han convertido ya en auténticos
prescriptores de literatura juvenil. Bien lo saben o deberían
saber las editoriales... Como no podía ser de otro modo en estos
nativos digitales, apoyan su canal de Youtube con blogs, cuentas de Facebook y
Twitter, Tumblr, Goodreads, Instagram, Lastfm, Spotify y demás redes y
herramientas.
0 comentarios:
Publicar un comentario