Mantenerse en casa es la mejor manera de evitar la expansión de
la pandemia del SARS-CoV-2, patógeno causante de la enfermedad COVID-19, pero
para las personas con autismo el encierro puede resultar todo un desafío.
El autismo es un espectro de trastornos caracterizados por
graves déficits del desarrollo, permanentes y profundos, que afectan a la
socialización, la comunicación, la imaginación y la conducta, entre otras
cosas, y está presente en aproximadamente el 1 % de la población a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada
160 personas tiene un trastorno autista.
"Hay quienes se sienten mejor quedándose en casa, porque
prefieren entornos muy conocidos, pero hay otros con una rutina muy establecida
y el
cambio les puede causar estrés o ansiedad", afirma el
doctor César Reynoso, jefe de la Clínica de Autismo y Trastornos del
Neurodesarrollo del Hospital ABC.
Es por ello que el cierre de escuelas, de lugares de trabajo y
centros de terapia es un cambio de entorno y puede llegar a alterar sus rutinas,
lo que para muchos de ellos representa estabilidad.Es la razón por la que salir a la calle para personas con autismo es
básicamente una cuestión de salud, una situación que todos
deberíamos entender, peo que no puede llevarnos a estigmatizar a los autistas
por ello.
FUENTE: EITB.EUS
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