viernes, 23 de octubre de 2020

CIEN AÑOS DEL NACIMIENTO DE GIANNI RODARI

 

Fuente imagen: Editorial Juventud

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Editorial Juventud

Rodari (1920-1980) es un autor indispensable en la literatura infantil del siglo XX. Fue, entre otras cosas, escritor, pedagogo, periodista, militante político, guionista, poeta y educador. En toda la obra de Rodari, el lector se sumerge en un mundo donde se destaca lo fantástico y la crítica al mundo que lo rodea con un lenguaje espontáneo, creativo y muy comprometido.

Muy pronto manifiesta su interés por llevar la literatura a los más pequeños y consigue publicar dos historias: El libro de las retahílas y Las aventuras de Cipollino

Fue a principios de los años 60 cuando comienza a recorrer escuelas para relatar sus cuentos. Desde los inicios se sorprende escuchando a los niños, relacionándose con ellos de manera directa e interactiva, valorando sus intervenciones para encontrar la mejor manera de contar sus historias. Comienza a observarlos y a enriquecerse con sus aportes. Todas las notas que tomó, producto de estos encuentros, son los bocetos de su libro más famoso: Gramática de la fantasía. Introducción al arte de contar historias. Allí propone la idea de “binario fantástico”, que consiste en la unión de dos palabras de diverso orden semántico y la formación de distintas combinaciones posibles mediante preposiciones o complementos.

Entre sus obras más populares se encuentran: Cuentos para jugar, Cuentos escritos a máquina, Las aventuras de Cipollino, Gelsomino en el país de los mentirosos, El libro de los porqué, Las aventuras de Tonino el invisible, Gip en el televisor, La tarta voladora, Cuentos por teléfono, Los traspiés de Alicia Paf, Gramática de la fantasía, La góndola fantasma, El perro de Maguncia, Historia del rey Midas

A lo largo de sus historias también nos convoca a hacernos preguntas, y a reflexionar, incluso, sobre cómo se originan los elementos cotidianos y crean un espacio nuevo en el que tal vez no habíamos reparado. Estaba convencido de que estimular esta creatividad también influía positivamente en otras áreas, como las ciencias o las artes.

Más allá de su obra escrita, podemos pensar que su labor como “cuenta cuentos” o “narrador” reivindica el lugar de la oralidad. Su firme creencia en que la literatura tiene una función social hizo que hasta el día de hoy se lo recuerde como un autor de gran influencia tanto en el ámbito educativo como en otras esferas de la cultura.

Este día en que se cumple el centenario de su nacimiento es una ocasión propicia para recordar no solo sus obras, sino también para revindicar la capacidad de enseñar a pensar y a inventar historias en la medida en que estas enriquecen la apreciación de la realidad y ponderan el valor de la palabra.

 FUENTE: soybibliotecario.blogspot.com

 

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