El original de la Constitución de 1812 ha regresado a Cádiz, la ciudad donde se redactó y se promulgó, para celebrar su bicentenario.
Se trata de la primera vez que "La Pepa", como es popularmente conocida esta carta magna que sentó los cimientos de la democracia en España e Iberoamérica, sale del archivo de Las Cortes, donde se conserva desde el mismo año de su firma, aunque en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo está desde que se inauguró este edificio en 1850.
"La Pepa" ha visto pocas veces la luz y la última vez fue hace sólo tres meses, durante las tradicionales jornadas de puertas abiertas que celebra el Congreso cada año para conmemorar la Constitución de 1978.
Según ha recordado a Efe una de las trabajadoras del archivo, también estuvo expuesta hace diez años en una muestra del Congreso sobre las distintas Constituciones españolas, pero no había salido nunca de la Cámara ni había sido objeto de préstamo.
"La Pepa" cuenta con 184 firmas -la del presidente de las Cortes, los 179 diputados presentes, que fueron llamados nominalmente, y los cuatros secretarios- y está también rubricada en las páginas impares por los cuatro secretarios. Junto a la firma de los diputados figura su procedencia. De los 184 firmantes, 52 provenían de Ultramar.
El ejemplar que viaja a Cádiz tiene 96 páginas, está encuadernado en terciopelo rojo y tiene una cinta marcadora con los colores de la bandera nacional.
Ciertamente esta fue una constitución que tuvo muy corta vigencia, pero en ella se encuentra el germen de numerosas constituciones modernas. Aunque algunos de los principios que en ella se consagraron aún hoy en día pueden ser considerados utópicos, no cabe duda de que en ella se basa gran parte del estado moderno y que gracias a ella, por ejemplo, los españoles, por primera vez en la historia, dejamos de ser súbditos para convertirnos en ciudadanos.
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