viernes, 13 de diciembre de 2013

16 DE DICIEMBRE DÍA DE LA LECTURA EN ANDALUCÍA




Coincidiendo con la fecha del nacimiento del poeta Rafael Alberti y recordando el homenaje que en 1927 el Grupo Poético de la Generación del 27 rindió en Sevilla al poeta Luis de Góngora con motivo de su tercer centenario volvemos a celebrar el 16 de Diciembre una nueva edición del Día de la Lectura en Andalucía.

La Consejería de Educación, Cultura y Deporte, a través del Centro Andaluz de las Letras y la Gerencia de Instituciones Patrimoniales, celebrará este año el Día de la Lectura en Andalucía en torno a la obra 
Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, con motivo del centenario de la primera edición de la obra. Se celebrarán actividades en torno a esta obra en todas las provincias andaluzas con el fin de potenciar el hábito lector y difundir la producción literaria de Juan Ramón Jiménez.


El acto más relevante a nivel institucional  tendrá lugar el lunes 16 de diciembre en el Teatro Municipal de Moguer con un recital literario y musical en el que Carmen Hernández-Pinzón leerá la alocución ciudadana
 "Leer nos hace libres", que os dejamos a continuación, pero además serán muchos los centros educativos e instituciones que dediquen parte de su jornada a fomentar la lectura y disfrutar de ella realizando distintas actividades.

Juan Ramón Jiménez
100 años de Platero y yo

LEER NOS HACE LIBRES

La lectura nos hace libres. Ante un libro, las barreras o muros que al hombre condicionan y que lo distancian de los demás: su raza, su credo, su cultura o condición social, nada importan, es solo un ser con un libro. Es un ser humano con una historia, y en ella nos podemos sumergir hasta llegar a lo más profundo, así como sobrevolar sobre ella, como pájaros silvestres, olvidando nuestras miserias humanas, hasta hacer nuestra una historia que construya nuestra mente y conmueva nuestra alma.

Cuando un escritor auténtico, genuino, se pone a escribir, como humildemente intento yo ahora, las palabras brotan solas, fluyen como un río y se agolpan. El corazón quien manda, quien va poniendo sentimiento a cada palabra, cada acento, cada coma, incluso cada punto. Lo bello recorre cada rincón de tu ser, cada recoveco, hasta expandir todo ese sentimiento a  través del pensamiento y de su expresión. Porque como decía Juan Ramón Jiménez: “escribir no es poner frases, es copiar el alma”. Y esa alma del escritor se confunde con la nuestra que la leemos y la sentimos, y ya no podemos desligarlas.

El lector es capaz, si lo desea, de llevar cada historia a su terreno, de hacerla más grande y más luminosa, en definitiva, podemos ir más allá de las letras o del contenido concreto. El libro, en definitiva, nos hace libres para construir otra historia a la que nuestra propia mente nos ha llevado, enriquecida con todo lo que nuestra inteligencia y nuestro corazón  han ido asimilando. Y todo ello nos hace ir creciendo, formándonos, haciendo de nosotros seres diferentes.

El libro va dejando, en cada uno de nosotros, un caudal de conocimientos, una mina de sentimientos que conformarán nuestro ser y nos hará personas que merezcan la pena. Gracias a los libros podemos recorrer otros mundos, conocer otras culturas, otros tiempos y gozar de algo anhelado desde siempre por el hombre: el don de la ubicuidad.

¿Hay algo en esta vida que nos pueda aportar tanto como un libro? Creo que no. Por eso, en el día de la lectura, debemos reflexionar y mostrar a todos, y muy especialmente a los niños, todo lo que los libros nos aportan, hacerles ver que, sobre todo, hacen de nosotros seres más ricos, en sentimientos y valores, y más libres, y esta libertad destruirá los condicionamientos con los que nacemos, vivimos y morimos, y que nos separan a unos seres de otros.

Este año recomendamos la lectura de “Platero y yo”, cuyo centenario celebraremos en 2014 y que es ya un libro universal. El poeta moguereño no escribió este libro para niños, ni se debe limitar a ellos aunque se destaquen los valores de la infancia. Juan Ramón quería hacernos ver que debemos vivir en esa isla espiritual, como él la llamaba que es la niñez y de la que nunca debemos salir por ser el único sitio donde podemos encontrar la felicidad.

Él, que siempre vivió y se sintió como un niño, que era capaz de asombrarse cada día de lo más hermoso que nos da la vida, de encontrar, incluso en su ancianidad, bellos reflejos en la luna y nuevas caricias en el viento, quiso a través de ese diálogo con Platero y con la Andalucía de su época resaltar aquellos valores que nunca debemos perder y por los que merece la pena luchar: el trabajo, la sencillez, la gratitud y muy especialmente, la amistad y el amor.

Platero ha sobrevolado y cabalgado por todos los países, todas las lenguas, todas las culturas y todas las religiones. Ha sido capaz de emocionar a millones de seres sin importar las barreras culturales. Platero vuela libre, pero llevando consigo a su tierra, a sus gentes, a su Andalucía, que como él, se han hecho grandes, inmensas e universales a través de este libro.

Si como os hago ver en este texto, leer nos hace libres, así también lo son esos libros que merecen la pena y que nunca debemos abandonar; de lo contrario nos perderemos lo más grande que nos da la vida, el vehículo que nos ayuda a alcanzar los valores  más apreciados y por los que el hombre siempre ha luchado, la libertad, liberándonos de los condicionamientos de la vida, y el amor por todo aquello que nos rodea, sin limitaciones en el tiempo y en el espacio.

                                                                                  Carmen Hernández- Pinzón Moreno

FUENTE: CENTRO ANDALUZ DE LAS LETRAS

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