Coincidiendo con la
fecha del nacimiento del poeta Rafael Alberti y recordando el homenaje que en
1927 el Grupo Poético de la Generación del 27 rindió en Sevilla al poeta Luis
de Góngora con motivo de su tercer centenario volvemos a celebrar el 16 de
Diciembre una nueva edición del Día de la Lectura en Andalucía.
La Consejería de Educación, Cultura y Deporte, a través del Centro Andaluz de las Letras y la Gerencia de Instituciones Patrimoniales, celebrará este año el Día de la Lectura en Andalucía en torno a la obra Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, con motivo del centenario de la primera edición de la obra. Se celebrarán actividades en torno a esta obra en todas las provincias andaluzas con el fin de potenciar el hábito lector y difundir la producción literaria de Juan Ramón Jiménez.
El acto más relevante a nivel institucional tendrá lugar el lunes 16 de diciembre en el Teatro Municipal de Moguer con un recital literario y musical en el que Carmen Hernández-Pinzón leerá la alocución ciudadana "Leer nos hace libres", que os dejamos a continuación, pero además serán muchos los centros educativos e instituciones que dediquen parte de su jornada a fomentar la lectura y disfrutar de ella realizando distintas actividades.
Juan Ramón Jiménez
100 años de Platero y yo
LEER NOS HACE LIBRES
La lectura nos hace libres. Ante un libro, las
barreras o muros que al hombre condicionan y que lo distancian de los demás: su
raza, su credo, su cultura o condición social, nada importan, es solo un ser
con un libro. Es un ser humano con una historia, y en ella nos podemos sumergir
hasta llegar a lo más profundo, así como sobrevolar sobre ella, como pájaros
silvestres, olvidando nuestras miserias humanas, hasta hacer nuestra una
historia que construya nuestra mente y conmueva nuestra alma.
Cuando un escritor auténtico, genuino, se pone a
escribir, como humildemente intento yo ahora, las palabras brotan solas, fluyen
como un río y se agolpan. El corazón quien manda, quien va poniendo sentimiento
a cada palabra, cada acento, cada coma, incluso cada punto. Lo bello recorre
cada rincón de tu ser, cada recoveco, hasta expandir todo ese sentimiento
a través del pensamiento y de su
expresión. Porque como decía Juan Ramón Jiménez: “escribir no es poner frases,
es copiar el alma”. Y esa alma del escritor se confunde con la nuestra que la
leemos y la sentimos, y ya no podemos desligarlas.
El lector es capaz, si lo desea, de llevar cada
historia a su terreno, de hacerla más grande y más luminosa, en definitiva, podemos
ir más allá de las letras o del contenido concreto. El libro, en definitiva,
nos hace libres para construir otra historia a la que nuestra propia mente nos
ha llevado, enriquecida con todo lo que nuestra inteligencia y nuestro corazón han ido asimilando. Y todo ello nos hace ir
creciendo, formándonos, haciendo de nosotros seres diferentes.
El libro va dejando, en cada uno de nosotros, un
caudal de conocimientos, una mina de sentimientos que conformarán nuestro ser y
nos hará personas que merezcan la pena. Gracias a los libros podemos recorrer
otros mundos, conocer otras culturas, otros tiempos y gozar de algo anhelado
desde siempre por el hombre: el don de la ubicuidad.
¿Hay algo en esta vida que nos pueda aportar tanto
como un libro? Creo que no. Por eso, en el día de la lectura, debemos
reflexionar y mostrar a todos, y muy especialmente a los niños, todo lo que los
libros nos aportan, hacerles ver que, sobre todo, hacen de nosotros seres más
ricos, en sentimientos y valores, y más libres, y esta libertad destruirá los
condicionamientos con los que nacemos, vivimos y morimos, y que nos separan a
unos seres de otros.
Este año recomendamos la lectura de “Platero y yo”,
cuyo centenario celebraremos en 2014 y que es ya un libro universal. El poeta moguereño
no escribió este libro para niños, ni se debe limitar a ellos aunque se
destaquen los valores de la infancia. Juan Ramón quería hacernos ver que
debemos vivir en esa isla espiritual, como él la llamaba que es la niñez y de
la que nunca debemos salir por ser el único sitio donde podemos encontrar la
felicidad.
Él, que siempre vivió y se sintió como un niño, que
era capaz de asombrarse cada día de lo más hermoso que nos da la vida, de
encontrar, incluso en su ancianidad, bellos reflejos en la luna y nuevas
caricias en el viento, quiso a través de ese diálogo con Platero y con la
Andalucía de su época resaltar aquellos valores que nunca debemos perder y por
los que merece la pena luchar: el trabajo, la sencillez, la gratitud y muy
especialmente, la amistad y el amor.
Platero ha sobrevolado y cabalgado por todos los
países, todas las lenguas, todas las culturas y todas las religiones. Ha sido
capaz de emocionar a millones de seres sin importar las barreras culturales.
Platero vuela libre, pero llevando consigo a su tierra, a sus gentes, a su
Andalucía, que como él, se han hecho grandes, inmensas e universales a través
de este libro.
Si como os hago ver en este texto, leer nos hace
libres, así también lo son esos libros que merecen la pena y que nunca debemos
abandonar; de lo contrario nos perderemos lo más grande que nos da la vida, el
vehículo que nos ayuda a alcanzar los valores
más apreciados y por los que el hombre siempre ha luchado, la libertad,
liberándonos de los condicionamientos de la vida, y el amor por todo aquello
que nos rodea, sin limitaciones en el tiempo y en el espacio.
Carmen Hernández- Pinzón Moreno
FUENTE: CENTRO ANDALUZ DE LAS LETRAS
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