Se van los
mejores
negados a ser y morar
destapan el frasco de polvo y se van
negados a ser y morar
destapan el frasco de polvo y se van
se van los
mejores
ausentes de todo poder
abrazan la luna del amanecer
ausentes de todo poder
abrazan la luna del amanecer
dejándonos
solos
cuidando en los libros su eterno tesoro
de amor e inquietud
que el dios en quien nunca he creído
bendiga su luz
cuidando en los libros su eterno tesoro
de amor e inquietud
que el dios en quien nunca he creído
bendiga su luz
se van los
mejores
calmando el dolor de vivir
detienen el curso de andar y escribir
calmando el dolor de vivir
detienen el curso de andar y escribir
se van los
mejores
hinchado de lluvia y amor
se apaga el latido de su corazón
hinchado de lluvia y amor
se apaga el latido de su corazón
dejándonos
solos
cuidando en los libros su eterno tesoro
de amor e inquietud
que el dios en quien nunca he creído
bendiga su luz
cuidando en los libros su eterno tesoro
de amor e inquietud
que el dios en quien nunca he creído
bendiga su luz
"Escribí esta canción para
Ángel González. Murió en 2008. Cuando un faro de esas dimensiones se apaga, nos
queda esa oscura sensación de orfandad y andamos a tientas, desorientados,
temerosos… En los últimos años las luces se han ido apagando a gran velocidad,
tanto que casi ya no queda más que un hilillo entristecido de claridad: Haro
Tecglen, Montalbán, Saramago, Gelman, Sampedro, Galeano, Rabinovich,
Szymborska, Cesaria Évora, Mercedes Sosa, Spinetta, Cohen… y ahora John Berger.
De todo, lo peor es el vacío sin forma que nos deja tanta plaza vacante."
Pedro Guerra
FUENTE: EL BLOG DE PEDRO GUERRA
Dedicado a todos los que se han ido pero nunca nos han abandonado, a los que nos dejaron lo mejor de ellos mismos, su obra.
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