"Hermano: nunca me sentí abatido
ni desalentado. La vida es en todas partes la vida, la vida está en nosotros
mismos y no en el exterior. Cerca de mí habrá gente y ser un ser humano entre
la gente y conseguir mantenerse siempre como tal, a pesar de las circunstancias
difíciles que puedan presentarse, no desalentarse ni caer anímicamente- eso es
la vida y ese es su objetivo...Cuando recuerdo el pasado y pienso en todo el
tiempo perdido inúltimente, en todo ese tiempo perdido en equivocarse, en
errores, en la incapacidad para vivir...La vida es un don, la vida es felicidad
y cada minuto podría convertirse en un siglo de felicidad. Ahora, con este
cambio de vida adquiero una nueva forma, Hermano, te juro que no voy a perder
la esperanza y que conservaré mi espíritu y mi corazón en la pureza. Esa es
toda mi esperanza, todo mi consuelo"
Fragmento de una carta escrita a su hermano por Fiódor Dostoievski en la Fortaleza de San Pedro el 22 de diciembre de 1849 San
Petersburgo mientras cumplía una condena de prisión de cuatro años.
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