Aunque la violencia contra la mujer ha acompañado a esa más
de media parte de la humanidad desde que el ser humano tiene consciencia de sí
mismo, hasta 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas no aprobó la Declaración sobre la Eliminación de
la Violencia contra la Mujer, en la que se definió la "violencia
contra la mujer" como
"todo acto de
violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño
físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la
prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en
la vía privada."
En dicha Asamblea se reconoció que
eran necesarios "una clara
declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación
de toda violencia contra la mujer en todas sus formas, y un compromiso de los
Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia
contra la mujer".
Nosotros, como siempre, nos manifestamos en contra de “tantos días
de …” porque desearíamos que no fueran necesarios. Mientras tanto
consideramos que
la prevención, la sensibilización y la visibilización pueden ser elementos claves
para acabar con la violencia contra la
mujer.
FUENTE: FORGES
Para iniciar ese camino os recomendamos algunas lecturas que podéis encontrar en nuestra biblioteca.
Y os dejamos este poema de
Agustín García Calvo, Libre te quiero, que podéis también escuchar en la versión de Amancio
Prada
Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.
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