En un día como el de hoy, en el que celebramos EL DÍA INTERNACIONAL DEL TEATRO, se nos ha ocurrido que la mejor forma de celebrarlo es hablaros de una obra de teatro, "Shirley Valentine", protagonizada por Verónica Forqué.
Tras dos temporadas en gira por toda España, Verónica Forqué llegó este
sábado a la escena malagueña con 'Shirley Valentine', obra que ya han podido
disfrutar más de 150.000 espectadores y que
refleja el despertar tardío de una mujer en plena crisis existencial.
Verónica Forqué se enfrenta a su primer monólogo sobre el escenario dando
vida a un texto de Willy Rusell versionado por Nacho Artime y bajo la dirección
de Manuel Iborra.
Shirley Valentine es, sólo en apariencia, una mujer igual a millones de
amas de casa que tienen vidas similares y paralelas en cualquier país del
mundo. Sólo que ella vive en un adosado en un típico barrio obrero de
Liverpool. A través de un ingenioso recurso teatral vamos conociendo su mundo y
su vida en una especie de confesiones que va compartiendo en total
complicidad con el público y con la pared de su cocina.
Se casó por amor pero su marido es machista, maniático y egoísta. Tienen
dos hijos y en este camino de criarlos y soportar las brusquedades de su
marido se le va escapando el amor y la vida. A los cuarenta y tantos años
quiere irse de casa, pero no se arma del valor suficiente. Sin embargo, al
conocer a una nueva amiga que se acaba de divorciar y que la invita a pasar
unas vacaciones en la famosa isla griega Santorini, Shirley se replantea
su vida. Sus vacaciones en la isla griega cambian completamente sus puntos de
vista sobre la vida, el amor, la convivencia y ella misma. Intenta saber
qué fue de aquella Shirley soltera y si la puede recuperar.
Pero Verónica, o mejor dicho, Shirley, no está sola, cuenta con el respaldo y la interacción de los espectadores. Shirley Valentine hace recapacitar al espectador sobre su propia vida. Durante el primer y segundo acto conocemos a Shirley Valentine, pero es en el tercero, cuando Shirley se pregunte y nos pregunta si cada uno de nosotros hace lo que hay que hacer o lo que realmente quiere hacer, cuando cada uno de nosotros parece subir al escenario y representar su propia vida o, al menos, examinarla durante algunos segundos.
«Me interesan las obras donde
el humor, el dolor y la alegría están mezclados, porque así es la vida». Por
eso mismo, confirma que su género preferido es la tragicomedia.
Ante la pregunta de por qué se debe ir a ver esta obra, la actriz no lo duda: «Vas a divertirte mucho con este espectáculo y además te hará pensar en muchas cosas de tu vida».
Sin duda alguna Verónica Forqué lo consigue, tal vez en eso consista el teatro, una magia que os invitamos a experimentar.
FUENTE: LARAZON.ES
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