Todo el
mundo reconoce ya que la lectura admite distintos soportes y que el
acercamiento a una obra puede realizarse de muy diversas maneras. Nosotros también
lo pensamos y hasta tal punto estamos convencidos de ello que durante estos días incluso hemos llegado a
combinarlos para adentrarnos en el mundo de “El estudiante de Salamanca”.
Pero puestos a aprovechar todo lo que
tenemos a nuestro alcance hemos decidido salir del aula y viajar al mundo que
esta obra recrea trasladándonos a la biblioteca, reduciendo, además, la luz al mínimo imprescindible para
mantener el cordón umbilical que nos une
a los textos y encender velas que nos hacían olvidar casi dónde estábamos
y quiénes somos para sumirnos
completamente en la lectura. El texto de Espronceda, archivos sonoros que hemos
encontrado en Internet escuchados a la luz de la lumbre y capítulos rescatados
de RTVE.ES nos han servido para conocer
“El Estudiante de Salamanca” de siempre de una forma completamente diferente.
Tal
vez también hayamos conseguido que haya sido vivido de una manera diferente y,
sobre todo, que sea recordado como algo muy especial que durante unos días de
mayo todos recreamos juntos.
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