“ Los docentes apasionados son conscientes del desafío de los
contextos sociales más generales en los que enseñan, tienen un sentido claro de
identidad y creen que pueden favorecer el aprendizaje y el rendimiento de todos
sus alumnos. Se preocupan profundamente por ellos. Les gustan. También se
preocupan por cómo y qué enseñan y quieren aprender más de ambas cosas con el
fin de ser y seguir siendo docentes competentes. Están comprometidos con el
trabajo cooperativo y, a veces, en colaboración con los colegas de sus escuelas
y de otras, buscan y aprovechan oportunidades de emprender reflexiones de
distintas clases en su práctica profesionales y sobre ella. Para estos
maestros, la enseñanza es una profesión creativa y audaz, y la pasión no es una
mera posibilidad. Es esencial para la enseñanza de alta calidad.
"La pasión por enseñar: la
identidad personal y profesional del docente y sus valores"
(Christopher
Day)
Narcea Ediciones, 2006 (Pág. 16 y 17)
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