Mientras
muchos de vosotros estáis metidos en estudios gongorinos y de otras
muchas naturalezas, en la
Biblioteca Nacional de España se ha dado a conocer,
coincidiendo con la presentación de la exposición "Góngora:
la estrella inextinguible" (
exposición que
pone colofón a los actos de celebración por el 450 aniversario del
nacimiento de Góngora), un manuscrito autógrafo de Luis
de Góngora. El documento fue descubierto hace unos cinco meses por
la hispanista y filóloga Amelia de Paz indagando en la sección de
Inquisición de Córdoba del Archivo Histórico Nacional con sede en
Madrid.
El
escrito lleva este título: "Relaçión de lo que yo, Don Luis
de Góngora, raçionero de la Sancta Yglessia de Córdoua, sé y he
oído decir de la persona del Doctor Alonso
Ximénez de Reynoso,
Ynquisidor de Córdoua". Con un lenguaje divertido, ameno y
descriptivo el poeta, que tenía entonces 36 años y todavía no
había viajado a Madrid, relata como un auténtico chismoso de su
ciudad los testimonios que sobre el Inquisidor le van aportando
pajes, criados, clérigos y personajes destacados de la villa de los
que aporta nombres y apellidos por si pudiesen convertirse en
testigos contra el miembro del temido tribunal.
Para
empezar describe hasta la calle en la que la amante del Inquisidor
Reynoso, María
de Lara,
vive en Córdoba "que biue en la collaçión de Sanct Bartolomé,
en la calle de los judíos, en compañía de unas moriscas con quien
en esta casa y en otras casas semejantes siempre el dicho inquisidor
como amiga suia y çeloso de mirar por su persona la a tenido".
Góngora describe también las entradas y salidas de la dama del
domicilio del inquisidor a través de otro testimonio que recoge:
"saliendo una tarde al anochecer del estudio donde estaba el
dicho ynquisidor, bio entrar a la dicha doña María en la cuadra del
reçeuimiento donde
el dicho ynquisidor tiene su cama y
cerrar la puerta tras de sí".
En
su acusación Góngora no repara en detalles. Cuenta que el
inquisidor tenía a doña María más de veinte días en un aposento
que llaman la Torre donde la entraban por una escalera falsa y
que para tener correspondencia con su aposento hizo romper a costa
del rey la muralla de nueve pies de ancho. Y prosigue: "quando
el dicho inquisidor dormía con la susodicha doña María lo echaba
él de ver en quatro y seis camisas que abía él mudado la noche y
estaban tendidas a la mañana en el terrado para enjugallas del
sudor, donde hallaba en las
delanteras de las dichas camisas las inmundicias y suçiedades
hordinarias de semejantes actos,
como lo dirá el dicho Áluaro de Vargas".
El
texto encontrado puede suponer una
venganza del
poeta contra el inquisidor, porque años atrás Góngora había sido
amonestado por su poca observancia de los deberes eclesiásticos como
racionero de Iglesia, mientras se le veía asistiendo a
teatros,tertulias, corridas de toros y espectáculos profanos.
El
escrito de unas diez páginas tiene importancia para los estudiosos
de Góngora por el tema que trata, el lenguaje que utiliza y por
tratarse de un
texto de juventud, ya
que la mayoría de los autógrafos encontrados del poeta son de su
etapa de vejez.
El
manuscrito ha sido digitalizado y reproducido en una edición
facsímil, con su transcripción, y un texto de la propia Amelia de
Paz en el que señala que "todo aficionado a los archivos sabe
que en ellos quien busca halla, pero por lo general lo que no busca".
FUENTE:
cadenaser.com
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