La tilde o acento ortográfico es una
rayita que se coloca sobre la vocal de la sílaba tónica de algunas palabras
para señalar dónde va el acento. Algo tan elemental parece haberse esfumado con
el paso de los tiempos. La desidia, las nuevas formas de comunicación que están
creando nuevos lenguajes, la ausencia
del amor hacia el castellano… han hecho
que esté desapareciendo el acento ortográfico tan característico de nuestro idioma.
Hay miles de letreros por la calle repletos de errores ortográficos: en
la entrada de los comercios, en las vallas publicitarias, en los grafitis, en
los carteles electorales… La ausencia de acentos es un pecado frecuente en el
panorama de las letras que nos rodea, y Pablo Zulaica, un vitoriano que vive en
México, se ha lanzado a remediarlo creando Acentos
Perdidos, programa de reinserción de acentos en la vía pública. La
iniciativa surgió formalmente en Méjico el 23 de junio de 2009 desde donde se
ha extendido a otros lugares como Perú, Argentina, Costa Rica, Venezuela, República
Dominicana, Puerto Rico, Colombia, EEUU y España.
Gracias al interés de muchos por la ortografía, Acentos Perdidos se ha
convertido en algo mucho mayor. Ahora pretende confeccionar un inventario de
los acentos y letras mal colocados en cualquier cartel escrito en español,
dondequiera que esté.
Acompañamos a los alumnos de 1BC del IES Rosaleda en una salida para
buscar acentos perdido en la zona de Martiricos (Málaga).
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