En 1978 Isaac Bashevis Singer al
recibir el premio Nobel de literatura pronunció su discurso de agradecimiento
en el que daba a conocer los motivos que le habían llevado a escribir en “yiddish”*. En ese discurso también habló de las muchas razones,
quinientas, por las que empezó a escribir para niños.
"Señoras y señores:
Hay quinientas razones por las
que comencé a escribir para niños, pero para ahorrar tiempo voy a mencionar
sólo diez de ellas.
1) Los
niños leen libros, no críticas. Les importa un bledo la crítica.
2) Los niños no leen para encontrar su identidad.
3) No leen para librarse de la culpa, para saciar
su sed de rebelión, o para librarse de la alienación.
4) Ellos
no tienen ningún uso para la psicología.
5) Detestan
la sociología.
6) Ellos
no tratan de entender a Kafka o el Finnegans Wake.
7) Todavía
creen en Dios, la familia, ángeles, demonios, brujas, duendes, la lógica, la
claridad, puntuación, y otras cosas obsoletas como esas.
8) Les
encantan las historias interesantes, no comentarios, guías o notas al pie de
página.
9) Cuando
un libro es aburrido, bostezan abiertamente, sin ningún tipo de vergüenza o
miedo a la autoridad.
10) Ellos
no esperan que su amado escritor redima a la humanidad. Jóvenes como son, saben
que no está en su poder. Sólo los adultos tienen tales ilusiones infantiles."
Fuente: http://nobelprize.org
Tal vez nosotros también deberíamos, como hacen los niños en general o nuestro querido Principito en particular, acercarnos a las cosas, también a la literatura, dispuestos a verlo todo como si fuese la primera vez, ya que con frecuencia nuestros pensamientos y creencias sobre lo que sabemos nos impiden verlas como son.
Tal vez nosotros también deberíamos, como hacen los niños en general o nuestro querido Principito en particular, acercarnos a las cosas, también a la literatura, dispuestos a verlo todo como si fuese la primera vez, ya que con frecuencia nuestros pensamientos y creencias sobre lo que sabemos nos impiden verlas como son.
* El yiddish era la lengua
vernácula de la mayoría de los judíos en Europa central y oriental antes de la Segunda Guerra
Mundial. Hoy en día es hablado por los descendientes de los judíos que viven en
los Estados Unidos, Israel, Australia, el Río de la Plata y otras partes del
mundo.
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