PABLO HOJAS |
Joan Manuel Gisbert, Mª Isabel
Molina y Jordi Sierra i Fabra han protagonizado la VII edición del ciclo
Lecciones y Maestros, organizado por la UIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo) y la Fundación Santillana, en el
marco incomparable del palacio de la Magdalena y se han despedido con buen
sabor de boca, de hecho, Sierra
ha destacado que “por fin ha habido hueco para los representantes de literatura
para niños y jóvenes ”.
RESUMEN
DE LAS PONENCIAS
Joan
Manuel Gisbert
Vía Biblioteca Ies Infanta Elena (Jumilla) |
El
escritor catalán fue el encargado de inaugurar el VII ciclo Lecciones y
Maestros. En su intervención, Gisbert (Barcelona, 1949) aseguró que la
literatura infantil y juvenil es “un campo sometido a una valoración menor pero
hay muchos escritores que nunca sabrán la dicha que es para un escritor que sus
libros sean leídos por niños”. Pese a esa poca consideración de algunos hacia
un género que acompaña a niños y jóvenes en su transición al mundo adulto, el
escritor catalán reivindicó su importancia: “Los libros que escribimos siguen
circulando y reeditándose. En el mundo literario adulto no hay obras que
alcancen tal permanencia, a no ser que entren en el Olimpo de los clásicos. Esa
es una de las recompensas que tenemos”.
Alabó a
las mentes abiertas de los más jóvenes, que no hacen ‘ascos’ a un género porque
sí y defendió los libros frente al ocio
multimedia que impera en los últimos años. “La lectura literaria es un acto de
creación artística compartida. Ninguna obra narrativa alcanza su completa
magnitud hasta cada una de las miles de veces que un lector o lectora franquean
la puerta de entrada de un libro y siembra en su ser todas las sugerencias que
le da el texto. La lectura es insustituible, la historia leída se desarrolla en
el interior del ser, no en una pantalla. Y es que el libro necesita al lector
desesperadamente”.
Mª
Isabel Molina
Vía IES Legio VII |
A María
Isabel Molina, sus hijos le dicen: “Mamá, hablar contigo es como leer el ‘Hola’
del Renacimiento”. Y aunque bromean, tienen su punto de razón porque las obras de
esta autora madrileña permiten al lector viajar a otras épocas con sólo pasar
las páginas de un libro.
Cultivó
todos esos conocimientos a través de clásicos y todo tipo de libros, porque su
voracidad lectora le llevó a leer desde La
Divina Comedia hasta el Corán. “Leía tanto que el primer día que
fui al cole, la maestra pidió a las niñas que contaran un cuento. Una eligió Blancanieves, otra Caperucita y yo, que me meto en todos los
charcos, les conté la conquista de México”, aseguró durante su intervención en
Lecciones y Maestros.
Del
“perder el tiempo leyendo” e inventar “aventuras” con los personajes de otros,
pasó a la acción y empezó a construir sus propios personajes y hazañas. Y
todo porque “el mundo está lleno de historias” y por “una necesidad de contar,
de poner por escrito eso que te quema por dentro”, explicó.
En cuanto a lectura de los más pequeños, la escritora
destacó la importancia de “que se diviertan” puesto que, si no, los niños no
aprenden a “usar la herramienta, y solo juntan letras, que es una cosa distinta
de leer”. Asimismo, Molina resaltó que los profesores deberían “convertir la
lectura en un premio, y no en una tarea más”. Muchas veces, aclara Molina, los
profesores simplemente dicen qué libro o libros deben leer los alumnos, piden comentarios
escritos o hacen encuestas o evalúan, “pero no motivan su lectura, no lanzan un
señuelo”. Si no se motiva, agrega la escritora, significa que se está
ejecutando mal el plan lector.
Jordi
Sierra i Fabra
Vía revistadeletras.net |
Cuando
Jordi Sierra i Fabra era niño, sus héroes (el Capitán Trueno, Rip Kirby o Flash
Gordon) vivían en mundos de papel. En su intervención en esta cita
internacional de la literatura en español, el escritor catalán echó la vista
atrás y recordó tiempos difíciles. Aquellos en los que imitaba a sus ídolos y
se ponía una armadura imaginaria para poder habitar en su mejor refugio:
la literatura.
Su
inmensa imaginación le llevó a escribir cuentos, cómics e incluso crear sus
propios pasatiempos.
Sierra i Fabra considera que si el profesor o los
adultos en sus casas no utilizaran los libros y la lectura como un castigo
habría más lectores. Por eso recomienda que “el libro debe usarse en la
formación pero no se debe confundir con las matemáticas, las ciencias u otras
asignaturas”.
Lo importante es leer.
Incluso esas novelas de moda. A Sierra i Fabra le da igual lo que lean los
muchachos, no se opone a esos géneros populares o denostados por la crítica:
“Las modas pasan y los jóvenes ya tendrán tiempo de elegir sus
verdaderas lecturas y saber lo que es bueno. Es preferible que lean algo a que
no lean nada”.
Con 400
títulos a sus espaldas, Sierra i Fabra reconoció que ni siquiera el paso de los
años le ha quitado las ganas de escribir: “La pasión creativa te come por
dentro y sin pasión, no hay nada”, sentenció.
Estos
tres “creadores de historias” –como los define Gisbert– seguirán enseñando a
los más jóvenes cómo es el mundo a través de aventuras y personajes. Eso sí, al
preguntarles qué les gustaría contar, Molina lo ha tenido claro: “Si hay que
elegir, me gustaría contar una peripecia de esperanza. Lo que representó la
Constitución de Cádiz, La Pepa, en un momento de crisis peor que la actual”.
FUENTE: UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENÉNDEZ PELAYO
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